martes, 9 de enero de 2007

El cuento de Iaará que ganó el concurso literario

Octubre de 2006

Un día sin día

Suena el despertador, mi mamá me prepara el desayuno. Mira por la ventana y ve la luna, se fija en el despertador y son las 7:30, le parece raro que esté tan oscuro, pero cree que quizás esté nublado o se venga una tormenta. Cuando ya son cerca de las 8: 00 hs., me estoy por ir al colegio, mamá vuelve a fijarse por la ventana y aun continúa la oscuridad; mira el despertador y cree que a lo mejor esta roto, prende la televisión, cosa que no hace generalmente; para asegurarse de que sea la hora correcta y sí, eran casi las 8 00 hs. Mamá hace un gesto de preocupación con su cara y, como siempre, nos lleva a la combi que nos pasa a buscar.

En la combi, el conductor observaba hacia arriba a través del vidrio; yo hacia lo mismo y aún se veían la luna parpadeante y las estrellas. La gente en los autos también miraba para arriba. Todo se veía muy raro, la gente caminaba por la calle con cara preocupada.

Llego la colegio veo a las maestras comentándose entre sí lo que ocurría.
En el momento de la formación los profesores nos comentan que este “fenómeno natural ilógico” está preocupando seriamente a la gente, etc.

Cuando subimos a las aulas para comenzar a estudiar, mis compañeros y yo sentados cada cual en su banco, nos íbamos quedando dormidos de a poco. Por ese y otros motivos nos retiramos del colegio a las 13.30 del mediodía en vez de las 16.30 como acostumbramos.

Ya en casa, nos pegamos a la televisión para ver que decían en los noticieros. A ver si en la tele nos daban alguna otra información.

Estoy cansada, siento que algo me lleva para arriba, no tiene mucho color y con la oscuridad no puedo distinguir que es lo que me lleva para arriba, me tira de los brazos.

Estoy en el cielo, veo un medio circulo titilando. Es la luna. Esta rodeada de estrellas que también titilan. Me acerco a luna caminando sobre nubes oscuras.
Le pregunto: ¿Quién sos?
La luna responde: Soy la luna, ¿nunca me viste desde tu casa?
-Ah si, sos vos. ¿Que estas haciendo? ¡Ahora tiene que salir el Sol!
-Hace un millón de años que trabajo solo de noche, pero hoy me han ordenado que trabaje de día y de noche.
-¡¡¡Pero no puede ser!!! La gente cree que algo malo esta sucediendo, que es el fin del mundo, el Apocalipsis, la segunda era del hielo. Las personas están asustadas, preocupadas,¡¡ no saben que hacer!!
-Ya lo sé, ya lo sé. Se escucha desde aquí, si quieres averiguar lo que ocurre, seguí derecho desde aquí y cuando sientas un calorcito, quiere decir que te estás acercando al Sol. El te podrá responder.

Ella obedece las instrucciones que le había dado la Luna y se encuentra de pronto con el Sol. Se acerca a él y le pregunta inquieta:
-Señor Sol, ¿por qué no salió hoy de día?
Y el Sol le responde con voz fina:
-Estoy triste, deprimido.
-¿Ah si? ¿Por qué? ¿Que le anda pasando?
-La gente reprocha cosas de mí.
-¿Cuáles, que cosas le crítica la gente?
-Que hay sequías, que quemo su piel con mis rayos ultravioletas, que mató a las plantas.
-¡¡¡Pero no!!! Usted hace un montón de cosas buenas. Por ejemplo: Su luz permite que las plantas hagan la fotosíntesis y así puedan crecer y dar sus frutos. Gracias a su calor, no nos morimos de frío en la Tierra, con una bufanda alcanza…. Usted hasta ¡¡¡“da vida”!!!!!
-¿Cómo es eso que “doy vida”? ¡¡¡no entiendo!!!!
-Sí, sí, por supuesto “da vida”. Hace crecer los árboles, que nos dan oxígeno y eso nos permite respirar, vivir y poder reproducirnos; su calor hace que maduren los frutos, el trigo y otros vegetales y podamos alimentarnos de esas maravillas, los chicos pueden crecer sanos fuertes y aprovechar su calor para jugar y divertirse con amigos al aire libre. Así como hago yo. Me reúno con mis amigos en la plaza, hacemos un picnic, jugamos al truco, la mancha, el fútbol… toda la tarde protegidos por su calor.
-¿¿¿Todas esas cosas importantes las hago yo???
-Sí, Sí. ¡Usted mismo es el que las genera!
-¿Ah, si? Mira acá, yo siempre estoy solito, de espaldas a la Luna, que me tapa casi todo, y nunca me entero de nada de lo que pasa por allí.
-¿Usted me puede hacer un favorcito? ¡porfi porfi! ¡¡¡Uno así de chiquitito!!!
-¿Cuál?
-¡¡¡Déle, salga mañana, por favor, es importante y para usted, es una cosa de todos los días!!! Es como ir al colegio para nosotros.
- Está bien, si es importante para la gente de allá, mañana te prometo que salgo para ustedes.

Siento que voy bajando, ahora tampoco puedo visualizar como me bajan, ¿un tobogán? ¿A lomo de un pájaro?

Llego a mi casa, entro de alguna manera, no por la puerta ni por la ventana (chimenea no tenemos) no sé por donde entre.

La televisión sigue encendida, siguen mostrando el paisaje oscuro y feo de la ciudad sin la luz del sol.

Pensé, mejor no digo nada, no me creerán y, en realidad, no estoy segura de que haya sucedido mi conversación con el Sol.
A lo mejor, fue solo un sueño mío.

Estoy muy cansada, me acuesto en mi cama, pienso un buen rato en la charla del Sol; luego lentamente me voy durmiendo muy esperanzada.

A la mañana siguiente, me levanto….
Y el sol salió.



La mancha de tu plato

1 comentario:

Los Usach dijo...

Iaarita de mi alma, tu cuento es maravilloso y te insto a que sigas relatando y contando todas esas cosas que pasan por tu mente genial...